lunes, 8 de septiembre de 2014

NO AL RODEO

Rodeo = Tortura
¡ni arte ni cultura!

¡Tradiciones que avergüenzan!
Siento vergüenza de ser chilena, mientras el rodeo siga como una de nuestras "tradiciones" patrias. Espero no morir sintiendo esta vergüenza, espero que pronto los novillos y caballos sean liberados de la tortura.

El sábado pasado asistí a la marcha contra el rodeo, fue catártico gritar por la calle, prestando mi voz a aquellos que no tienen voz para hablar, ni para quejarse. A todos esos ojitos doloridos, llenos de lágrimas por la pena, sin entender el POR QUE de tanto abuso, el POR QUE de una civilización humana fundada en la crueldad hacia sus semejantes.

¡Mientras sigan torturando
seguiremos protestando!

Yo hablaré por ellos, cánsele a quien le canse y hastíele a quien le hastíe, esa soy yo, poseída por el amor inconmensurable y la justicia, la verdadera justicia que no mira raza, color, género o especie. Y si hubiera que morir por ello la vida diera gustosa, para que en este país el rojo de la bandera no sea sangre de inocentes, sino sangre de mártires que fundaron esta patria.

Como conjunto de personas unidas por una bandera, no puedo sino trascender, cosmopolitamente y despreciar la tradición que nos encierra en este núcleo nacionalista.

¿Es que acaso los huasos no tienen creatividad? ¿por qué no crean otras actividades? bailes, teatro, etc. ¿Por qué la tradición se reduce al sufrimiento de un inocente? ¿qué necesidad tenemos de ellos hoy como cultura? ¿nos sentimos representados por esa brutalidad? Sé que mucha gente no, sé que hay más en Chile, que los dos mil que fuimos a la marcha, sé que hay muchas más personas en contra del maltrato animal en toda índole, como en la parada militar por ejemplo, donde los caballos botan espuma por la boca, donde no son alimentados para que no hagan sus necesidades.

¿Qué hemos hecho con nuestros hermanos? ¿quiénes somos? ¿acaso somos los monstruos de Laniakea?

Colgué mi bandera en la ventana de mi depa, si ven una bandera verde en bellavista con pio nono soy yo

¡Libertad animal!