No son
cosquillas en la guata específicamente, son terodáctilos aleteando furiosamente, son tambores apaches retumbando,
son zapateos de cueca en 18, son pulsaciones del cuerpo, de las
arterias, es la sangre fluyendo descontrolada y enloquecida, es perder
la sensatez y la capacidad de hilar frases coherentes, de parecer
inteligente y normal. Es sequedad en la boca, humedad en los ojos y
carmín en las mejillas con el ritmo de la respiración entrecortada y contenida... Es en fin un escalofrío que recorre mi espina dorsal y se dispersa por todo mi cuerpo en forma intermitente con el calor que quema mis mejillas y mi alma completamente.
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