El momento
ha llegado, de descansar al fin.
Tenemos
que ser valientes, descansar no es una decisión fácil, dormir, soñar,
detenerse, frenar en seco… pero el agotamiento máximo del todo indeseado, ese
todo que nunca pedí. No pedí existir, no pedí nada y sin embargo, tengo un todo
indeseado. Y solo quiero descansar de él. Decir simplemente buenas noches amor.
Hubo
una época en que no lloraba, no podía. Y ahora repentinamente todo es lágrimas
en mi rostro, todo es tan nuevo y tan incierto.
Recuerdo
el sueño que tuve hace años, nadar en aguas cálidas, subterráneas, con tanto
placer.
La decisión
está tomada, voy a descansar, voy a dormir, voy a soñar. Voy a apagar todo o
bien voy a apagarme para todo. El todo sin mi es inmutable, yo sin el todo soy
paz, una paz semejante a un día en calma luego de una tormenta, con el mar
meciendo suave y la brisa delicada acariciando la faz del crepúsculo.
Aun quiero
la luz infinita, la luz primigenia, la luz anterior a todo. ¡Luz suave! Que acaricia
delicadamente los mas ocultos rincones
de mi alma, que dulcemente te cuelas en mi corazón y conoces lo que nadie
conoce y llegas donde ni yo misma he llegado en mi espíritu.
Esa luz
velará mi descanso. Esa es mi fe y mi esperanza.
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