lunes, 18 de noviembre de 2019

Crisis social en Chile noviembre de 2019

Sin duda los ojos del mundo están puestos en los puntos clave, que en este momento se encuentran en crisis social; Hong Kong, Francia, Latinoamérica...

Hemos visto pasar movimientos como los Indignados en Wall Street, los chalecos amarillos que ya cumplieron un año, frente a esto ¿nuestro gobierno espera el agotamiento del movimiento por cansancio y por el paso del tiempo? El tiempo todo lo doblega.

A riesgo de ser impopular entre los que luchan (los imprescindibles) tengo miedo. Tengo miedo de ir a una manifestación y recibir un balín y perder un ojo. Según carabineros los balines son de goma, según la Universidad de Chile los balines tienen metal en su interior y están recubiertos de goma.

Antes de que estallara la crisis en Chile me enteré por Keiser Report que en Francia era habitual recibir disparos en los ojos, también con estos balines. La idea es generar el mayor daño posible al manifestante.

Diariamente veo pasar en mi TL de Twitter innumerables noticias, videos y testimonios de personas abusadas por los policías, detenidos injustamente, hay gente que ha perdido un ojo y ni siquiera estaba protestando, como le ocurrió a una niña que pasaba por calle Tarapacá y se topó con la turba que arrancaba de la Alameda, y que recibió una lacrimógena en la cara... Yo solía hacer esa ruta antes de tener mi bicimoto, porque pedaleaba por la ciclovía por seguridad. No puedo evitar pensar que me salvé de aquello, esa niña pude haber sido yo.

Me impacta la indolencia y psicopatía de esas personas, que ejercen el poder desatado en las calles, cuando se supone que en democracia tenemos derecho a marchar y expresarnos. No respetan siquiera a personas de la 3a edad. A veces pienso que ellos no pueden ser personas, que son autómatas con el cerebro lavado, porque a todo ser humano le importa causar dolor a un semejante, no es algo que busquemos realizar, es algo que evitamos a toda costa. Podemos tener lapsus de rabia momentánea y ejercer acciones en contra del prójimo pero sin premeditación, en este caso, me quedo sin palabras y sin ideas, me parece otra raza, simplemente no lo puedo creer. A veces pienso que esto es una pesadilla y que voy a despertar, porque tengo sueños muy vívidos siempre, y puedo comprender a la perfección el Cogito Ergo Sum Cartesiano debido a esto.

No quiero estar en un mundo como este, no quiero tener que ver la injusticia y saber todo lo que sufren los pobres. No resisto el hambre, el dolor, las carencias en los demás, es un castigo que recibo en mi cuerpo y en mi mente, un linchamiento que me hace agonizar.

Sustraerme de todo es lo que pienso y que para mí siempre ha sido el camino, sin embargo, ahora me planteo entrar en la palestra para poder hacer algo y aportar con mi grano de arena, quizás con voluntariados que pueda llevar a cabo después de titularme.

Que tristeza ver que ancianos piden eutanasia por parte del Estado ante tan improcedente situación. Qué abismante.

Si existen dioses que observan qué asco deben sentir, pues no creo en seres superiores que validen esto. Este hedor moral que todo lo corroe.

Urge un cambio desde los cimientos, una reestructuración del Modelo económico. Pero las élites tienen tomada la presa, como en la selva, ante una gran casería. Las bestias enormes se hacen con la presa y las pequeñas deben esperar su turno. Fue así como el Sapiens comenzó comiendo médula de animales muertos. Debía esperar su turno después de hienas y aves rapaces... Ciertos comportamientos antropológicos y biológicos se reproducen en la sociedad y en la economía.

Sólo la ética nos puede salvar, pero es una diosa a la que nadie quiere ofrendar, olvidada en alguna montaña donde escasas almas peregrinan y veneran...





lunes, 28 de octubre de 2019

José Gabriel Palma * docto descargado de revistas.uv.cl







¿Qué hacer con nuestro modelo
neo-liberal, con tan poca entropía?
Chile vs. Corea:
asimetrías productivas y distributivas.
José Gabriel Palma *
UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE Y UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
Resumen
Este artículo explica la forma en que se comporta la economía chilena en relación a
Corea, que crece más y reparte mejor las ganancias. Analiza cómo en Chile el sistema
parece diseñado para beneficiar a un fracción mínima de la población (particularmente
al empresariado). En el presente crece el descontento por la acumulación de riqueza en
manos de unos pocos y Palma se pregunta si Chile (gobierno y empresarios) ha pensado
una solución.
Palabras Claves: Chile, Corea, riqueza, acumulación, distribución
Abstract
This article explains how the Chilean economy behaves in relation to Korea, which
grows more and better dividends. It analyzes how in Chile the system seems designed
to benefit a small fraction of the population (particularly the entrepreneurs). In the
present grows discontent over the accumulation of wealth in the hands of a few and
Palma wonders if Chile (government and businessmen) has thought a solution.
Keywords: Chile, Korea, wealth, accumulation, distribution
*jgp5@cam.ac.uk
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JOSÉ GABRIEL PALMA
1
.- ¿Cómo se puede justificar que en Chile el 1%
más rico se apropie de la tercera parte del ingreso
nacional? Empresarios chilenos vs. Coreanos
Desde mi perspectiva analítica la pregunta fundamental a la base
de nuestra fragilidad económica actual es ¿cómo puede ser posible
que en una economía como la chilena el 1% más rico se apropie de
alrededor de la tercera parte del ingreso, y cómo puede ser que ese
1% crea (ilusoriamente) que eso es sustentable en el tiempo, a pesar
de los costos crecientes asociados con eso para el resto del país en
términos de ineficiencia productiva, desigualdad e injusticia social?1
No olvidemos que en economías con bastante más dinamismo,
como la coreana y la taiwanesa, sus homólogos se llevan apenas un
tercio de eso (11% o 12%).2
 ¿Cuál podría ser la lógica de tamaño
contraste? Sin duda muchas otras oligarquías en el mundo (incluso
en Asia) quisieran ganar en las dimensiones chilenas, pero las
coordenadas son otras.
El caso de Corea es particularmente relevante ya que hasta no
hace tanto (años 80) teníamos niveles de productividad promedio
por trabajador muy similares. Si comparamos todo el período neoliberal chileno (42 años), mientras nosotros sextuplicábamos el PIB,
Corea, creciendo a una de las tasas más altas de mundo, lo multiplicó
por 16.3
 Y si comparamos desde 1980, cuando ambas economías
tenían niveles similares de desarrollo (hacia fines del período de
las reformas lideradas por los duros de los Chicago-Boys, aquellos
yihadistas que confundían arrogancia con conocimiento), mientras
Corea crece durante este período de 35 años a una velocidad casi
sin paralelos, nuestro país sólo está en el lugar 23 de la tabla de
posiciones. Incluso durante nuestros años más dinámicos (1986-
1998) ambas economías crecieron a tasas similares; la diferencia fue
que a ellos, Corea, no se les acabó el oxígeno después de eso, como
a nosotros, ni siquiera con su crisis del ’97 − el contraste entre ser
corredores de maratón y sólo de media distancia.
Entonces, ¿por qué la elite capitalista coreana se premia con tan
poco por lograr tanto, mientras que nuestra oligarquía se lleva tres
veces más de la torta a pesar de su falta de dinamismo?
Como decíamos, en 1980 las productividades medias en ambos
países eran similares, y estaban en alrededor de un quinto de Estados
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¿QUÉ HACER CON NUESTRO MODELO NEO-LIBERAL, CON TAN POCA ENTROPÍA?
Unidos (Chile 21% y Corea 19%). En esa época, Corea ya había
cerrado su brecha productiva con nosotros, pues cuando comenzó a
industrializarse en los ‘60 su productividad promedio era apenas la
mitad de la nuestra.
En los 34 años siguientes (1980-2014), mientras nosotros apenas
cerrábamos la brecha con EE.UU. en algo minúsculo (2 puntos
porcentuales, llegando al 23%), Corea logró avanzar 15 veces más,
llegando a la mitad de la del país del norte (si usamos en cambio
dólares PPP, la situación no es diferente, pues nosotros cerramos
la brecha en tan sólo 3,7 puntos porcentuales). De seguir a estas
velocidades, Corea se demoraría 60 años en cerrar totalmente su
brecha productiva con EE.UU., mientras nosotros necesitaríamos
más de un milenio.
Pregunta: ¿no deberían ser las recompensas para el 1% en ambos
países al revés, con el 1% chileno premiándose con mucho menos
que el coreano y no con tres veces más?
La diferencia es incluso más notable si se compara lo que se
apropia en ambos países el 0,1% de los más altos ingresos: mientras
en Chile esa pequeña minoría se cree con el derecho divino de llevarse
un 20% del ingreso nacional (hasta un 22% en el 2008), en Corea
ellos se conforman con 5 veces menos (4,4%). El contraste con lo
que se apropia el 0,01%, compuesto en Chile por alrededor de unas
300 familias, ya llega al extremo pues en nuestro país ese grupo
ínfimo acarrea con un 11,5% del ingreso total del país (13,6 en el
2008), mientras que en Corea ese grupo − quizás los empresarios
más exitosos del mundo − se quedan satisfechos con un séptimo de
eso (1,7%).
Al margen de los inevitables (y en casos insolubles) problemas de
medición y comparación entre países, ¿cuál podría ser la lógica de ese
contraste alucinante − otra que ser una falla teutónica de mercado,
la cual estaría a la base de los crecientes problemas económicos de
nuestro país?
¿Cuál podría ser la racionalidad que lleva a la familia Samsung a
llevarse para la casa (en términos genéricos) una retribución relativa
7 veces menor que la de sus homólogos chilenos, a pesar de ser capaz
de competir mano a mano con Apple en electrónica, con Intel por
el chip más rápido del mundo, y de tener junto a LG el dominio
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absoluto del mercado mundial de pantallas planas (y gracias a sus
tecnologías avanzadas, no por colusión)? Mientras tanto, algunos de
sus análogos chilenos se llevan tantas veces más por hacer cosas tan
básicas como concentrado de cobre − un barro con un contenido
de metal de aproximadamente un 30%, resultado de una flotación
rudimentaria del mineral bruto pulverizado.
¿O cuál podría ser la lógica que hace ser a los Hyundai tan
pudoroso mientras construye autos con tecnologías de punta? Sus
homólogos chilenos, mientras tanto, se llevan algo sideralmente
mayor tan sólo por hacer astilla de madera y pulpa para diarios.
¿Y por qué los dueños de astilleros de barcos en Corea, como los
Daewoo, son igual de recatados mientras construyen los barcos más
grandes, complejos y tecnológicamente avanzados de la historia?4
Los criollos, en cambio, exigen tantos múltiplos más para ellos por
producir salmones de 3 kilos, con sus correspondientes piojos y extra
dosis de antibióticos. Y el que se dedica a la pesca (literalmente) se ríe
de los peces de colores, pues en Chile si una familia califica dentro de
esas 300, se puede llevar gratis cuotas pesqueras a perpetuidad, y con
el aplauso cerrado de la barra brava neo-liberal de la Concertación
(bueno, unas cuantas propinas ayudan).
¿Será que todas estas fallas sísmicas de mercado son el simple
resultado que a tanto chileno se le olvidó lo que era la vergüenza,
aquella emoción que antaño nos recordaba que éramos humanos?
Cómo nos recuerda Jorge Bergoglio, la corrupción de todo tipo
(incluida la ideológica) es una droga que produce dependencia.
El contraste es notable; mientras al empresario coreano se lleva tan
poco por invertir tanto, desarrollar tanta tecnología y hacer cosas tan
majestuosas, el autóctono del supermercado se siente merecedor de
la tajada del león a pesar de ser incapaz de tener siquiera leche fresca
entre sus productos (demasiado esfuerzo). El mismo empresario que
para poder subir márgenes a esos niveles cósmicos tiene que echarle
a perder el paladar a sus consumidores − y venderles frutas y verduras
con gusto a cartón, pero a precio de las mejores del mundo − en un
país donde sí se puede producir las mejores del mundo.
De igual forma, ¿por qué será que un dueño de banco coreano
exige márgenes tanto menores por contribuir al gran desarrollo
industrial de su país, a diferencia del nuestro que no sabe qué hacer
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¿QUÉ HACER CON NUESTRO MODELO NEO-LIBERAL, CON TAN POCA ENTROPÍA?
con toda la plata que gana prestando a tasas muchas veces usureras, a
clientes a veces cautivos y en algunos casos con el aval del Estado? Y
para que hablar de los desafortunos de Aguas Andinas y Alto Maipo,
o de las ganancias fáciles de Aguas de Antofagasta (concesiones
transables, tan legales como absurdas). O de las extraordinarios
diferencias en ambos países en calidad y precio del Internet.
¿Y por qué será que en Corea empresarios coreanos compiten con
el sector público por quien contribuye más a crear uno de los mejores
sistemas educativos del mundo a todo nivel y no sólo para la elite? Y
eso en un país donde al comenzar su proceso de industrialización en
los ’60, casi un tercio de la población era analfabeta.
¿Y por qué será que Corea gasta 11 veces más que nosotros
(como porcentaje del PIB) en investigación y desarrollo, gasto
que en parte fundamental hace el sector privado? En Chile quizás
esa insignificancia basta y sobra para las cosas a las que se dedican
nuestros grupos económicos.
Hay que preguntarse una y otra vez a qué se deberá que tantos
de nuestros grandes empresarios se sienten con derecho a tanto, a
cambio de tan poco esfuerzo tecnológico, por tan poca imaginación
productiva y por tan mínima diversificación de nuestra economía. Y
por qué en Chile pueden salirse con la suya. Dado nuestro ingreso
por habitante, Chile es una de las economías menos diversificadas
del mundo. Como dicen en inglés, ¿por qué se sentirán con derecho
divino a tanto, por tan sólo recolectar la fruta que está al alcance de
la mano?
¿Tendrá todo lo anterior algo que ver con que Corea (junto a
Taiwán) –con su esfuerzo, imaginación, capacidad para tomar
riesgos, sentido común en la tajada del gran capital y su relación
con eficiencia productiva- tengan, junto a su asombroso éxito
económico, la mejor distribución del ingreso “mercado” del mundo?
(aquella antes de impuestos y transferencias). Una que es mucho más
equitativa que la de cualquier país de la Unión Europea -Alemania
incluida- o de los famosos países nórdicos, célebres por su equidad.
Sólo un reducido grupo de ex-países comunistas (se cuentan con los
dedos de una mano) todavía le hacen pelea. ¿Nosotros? Ranking
120 en esa variable y después de cinco gobiernos de la así llamada
“centro-izquierda”.
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Y desde el punto de vista de la distribución después de impuestos
y transferencias, el “Coeficiente Palma”5
 nos indica que el 10% más
rico de nuestro país se lleva aproximadamente 3 veces más que el
40% más pobre; en Corea, este coeficiente es 1,1. Esto es, mientras
en Corea el 10% más rico se lleva prácticamente lo mismo que el
40% más pobre, en Chile pone el grito en el cielo si no está alrededor
de 3 veces sobre eso (la OECD entrega dos estimaciones diferentes
para el “Palma ratio” de Chile, una arriba y una abajo del 3).6

Lo que queda claro es que incluso dentro del capitalismo hay
formas muy distintas de hacer las cosas. Una con eficiencia, mayor
equidad, empresarios schumpeterianos y un Estado capaz de
disciplinar al gran capital y de darles derechos muy bien definidos a
los medianos y pequeños productores. En Corea, por ejemplo, para
poder instalar un supermercado había primero que compensar a los
almacenes del barrio que iba a afectar (¡qué poca modernidad la de
estos coreanos!). En tanto en Japón, una de las primeras medidas de
la política industrial de la posguerra fue que nadie podía demorarse
más de 90 días en pagarle a un proveedor.
La otra forma de hacer las cosas dentro del capitalismo es la que
tenemos a la vista y presencia en nuestro país. Aquella en la que
los del 1% pueden ganar tanto por tan poco esfuerzo productivo
(con tan pocos desafíos productivos). En eso, la apropiación privada
de la renta de los recursos naturales juega un rol fundamental, y
recordemos que aún en nuestra Constitución, que por muy ilegítima
y tramposa que sea es aún la que nos rige, y es la que Andrónico apoya,
los dueños de esos recursos somos todos los chilenos. Bueno, como
sabemos, en Chile esa afirmación no vale ni el papel en el que está
escrito. A eso se suma la gran variedad de fallas de mercado (como la
increíble falta de competencia entre los grandes), y la variedad y bien
imaginativa gama de distorsiones − muchas hechas artificialmente a
la medida, como la facilidad con que los grandes pueden estrujar a
los medianos y chicos, y el tener un Estado “subsidiario” (aquél que
se debería llamar así porque su rol fundamental es “subsidia que te
subsidia” al gran capital).
Por eso digo que a los economistas que inventaron y justificaron
esta segunda forma de hacer el capitalismo, en lugar de llamarse
ingenieros comerciales, se deberían llamar ingenieros de sistema
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¿QUÉ HACER CON NUESTRO MODELO NEO-LIBERAL, CON TAN POCA ENTROPÍA?
(otros, menos generosos, quizás los llamarían sastres que hacen
buenos trajes a la medida, incluidos para ellos).
Que haya países donde las cosas están aún peor, es sólo el consuelo
del mal de muchos…
2.- ¿Será que nuestro 1% se lleva tanto “por ser los
mejores”? ¿O porque el traje esta hecho a la medida?
Quizás nuestra elite capitalista malentendió a Darwin, y cree que
lo que él decía era que el que sobresalía era necesariamente “el
mejor”. Sí, sin duda en este modelo el 1% más rico en Chile ha
sobresalido con lujuria, pero para el ex-Cambridge “el más fuerte”,
o “el con más habilidades para sobrevivir y sobresalir” nunca tuvo
una connotación valórica; “el mejor”. Esa calificación siempre se la
han dado los que por cualquier razón están arriba − y su inevitable
enjambre de aduladores − para justificar sus excesos. Para Darwin,
dado un medio ambiente específico, sobresalen aquellos que
tienen las habilidades y energías específicas relevantes. Cambie el
medioambiente y el cuento es otro y el resultado puede ser uno muy
distinto.
Daré un ejemplo personal. Si me ponen en un medioambiente
académico típico, no me es tan complicado sobrevivir; pero cuando
un día por despistado tuve que pasar casi toda una noche solo
en la selva cerca de Tical, mis habilidades y conocimientos eran,
literalmente, los más inútiles y mi capacidad de sobrevivencia nula
(el que me encontró hizo un solo comentario respecto a mi torpeza
en ese medioambiente: ¡hombre blanco tenía que ser!).
En otras palabras, si cambiamos el medioambiente y
transformamos nuestro capitalismo de segunda división en uno
de primera, competitivo, con un Estado que respete la propiedad
social de los recursos naturales (por ejemplo, colocando un royalty
de verdad), y que le imponga un dinamismo y diversificación
productiva asiático a la economía, lo más probable es que el 1% en
Chile termine llevándose sólo algo cercano al 10% del ingreso. Eso
sucedía en EE.UU. antes de Reagan, y en el Reino Unido era incluso
bastante menos que eso antes de la Thatcher. Y alrededor de eso
es lo que se lleva hoy día el 1% en Corea (12%), Taiwán (11%), o
Alemania (13%), mientras que en Dinamarca es aún menos.
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Además, no es muy claro cuántos de los actuales grupos
económicos del país sobrevivirían en un mundo realmente
competitivo y civilizado. Y para qué decir en uno en el cual la política
industrial o comercial los llevase a tener que sobrevivir produciendo
en Chile (vía controles a la salida de capital, como en tantos países
asiáticos) e industrializando lo puramente extractivo, y sin poder
apropiarse de gratis de las rentas de los recursos naturales, y con
respeto a la naturaleza y al bienestar de los consumidores.
Por eso, uno de mis intentos por descifrar lo que es el neoliberalismo analiza su especificidad desde este punto de vista: es
una ideología y una praxis político-económica e institucional que
intenta crear, en forma totalmente artificial, un medioambiente a la
medida de las habilidades y singularidades de un tipo específico de
gran capital. Un medioambiente que le dé todas las ventajas para
sobresalir al capital rentista, al financiero-especulador, a los trader,
los depredadores, y todo aquél que se esconde de la competencia
internacional operando en el sector de no-transables de bajo desafío
tecnológico.
Pero ese medioambiente le hace la vida difícil a muchos,
especialmente al capital realmente productivo, en especial el de la
manufactura; aquél que vive en un mundo realmente competitivo,
donde hay que trabajar mucho e innovar constantemente para
poder ganar al menos un poco… En el Brasil pre-neoliberal, por
ejemplo, la manufactura representaba mas del 30% del PIB; hoy es
menos del 10%. ¿Tendrá eso algo que ver con su desastre económico
actual? Pero, ¿cuál sería el problema si según el último informe
Forbes en ese país el número de nuevos millonarios (con más de
US$30 millones en activos netos sin contar su residencia principal)
centa-millonarios, o billonarios creció en 273%, 274% y 256%,
respectivamente desde que el “Partido de los Trabajadores” (!) tomó
el gobierno? Y la inversión por trabajador en todo el período neoliberal (PT y boom de los commodities incluidos) fue menor que la
que había en Brasil en 1980. De hecho, en 2013, con la economía
ya entrando en crisis, en Brasil surgía un nuevo millonario de este
tipo cada 27 minutos. Aun así, en Brasil su 1% se lleva menos que
el chileno (29%).7
Básicamente, lo que hemos hecho en Chile no es más que crear
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¿QUÉ HACER CON NUESTRO MODELO NEO-LIBERAL, CON TAN POCA ENTROPÍA?
una entelequia (primero a la fuerza y con abierta corrupción, y luego
con la colaboración de los renovados y su “tercera vía”) que permita
al 1% llevarse para la casa un tercio del ingreso nacional con un
mínimo de esfuerzo. Desde este punto de vista, la complejidad de lo
real se puede sintetizar así: en la (auto-construida) selva neo-liberal,
el capital (de ese tipo) es rey e increíblemente móvil. Si alguien
todavía cree que la teología matemática, esa que hoy en muchas
partes pasa por “ciencias económicas”, tiene alguna evidencia
empírica o teórica de verdad para apoyar eso desde el punto de la
eficiencia, debería estudiar un poquito más el Asia, aquellos que por
su envidiable pragmatismo ideológico son los eternos herejes del
neo-liberalismo.
3.- La genialidad de Roosevelt y Keynes vs. la
mediocridad neo-liberal posterior.
Es importante recordar (en especial en tiempos donde la memoria
es tan corta) que también hubo otro medioambiente capitalista
diferente al neo-liberal, donde los “ganadores” eran otros: el sector
productivo y los trabajadores − el cual FDR y Keynes ayudaron a
crear en forma igualmente artificial. En aquél contexto, el espacio
de maniobra del gran capital era muy claro y preciso: para el capital
del sector real, si quieres hacer plata, ningún problema, pero
tienes que hacer algo socialmente útil, ¡y en tu país! Para el sector
financiero, como decía Keynes, su labor era generar crédito, y sólo
en la medida que fuese “el pavimento a lo largo del cual pudiese viajar
el sector productivo; y los banqueros, de saber su deber, sólo deberían
proporcionar esos medios de transporte en la medida en la cual el sector
productivo pueda generar pleno empleo”. Para luego añadir: “y que las
finanzas sean primordialmente nacionales”. Para el trabajo: ustedes
tienen el derecho de propiedad de recibir una proporción adecuada
del progreso económico que ustedes mismos ayudan a generar; tanto
así, que en EE.UU. el ingreso del 40% más pobre creció más rápido
que el del 1% más rico hasta Reagan (y también más rápido que el
ingreso del 0,1% y el 0,01%). En cambio, desde entonces (1979-
2014), el ingreso promedio del 40% ha caído, mientras que el del
1% prácticamente se duplicó, el del 0,1% más que se triplicó, y el
del 0,01% más que se quintuplicó. De república bananera.
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Mientras tanto, en el período keynesiano las economías
industrializadas crecían tanto en producto como en productividad
a tasas jamás antes logradas, o después sustentadas; esto con pleno
empleo y baja inflación. Y el CEO de Goldman Sachs no tenía la
patudez de decir (como ahora) que su trabajo era equivalente “a hacer
la misión de Dios en la tierra” (probablemente eso justificaría su
remuneración celestial). Por su parte, las contribuciones corporativas
a los fondos de pensión de los 100 CEO de las corporaciones más
grandes de EE.UU. tampoco equivalían al stock de ahorros de
pensión de 116 millones de sus compatriotas, como ocurre ahora.8
Pero claro, nuestro desafío no es resucitar ese pasado irreplicable,
o copiar mecánicamente experiencias asiáticas (usar mecánicamente
información de un pasado casi siempre irreplicable es el pecado
original de la econometría). Pero sí hay que dejar de lado ese cuento
neo-liberal criollo que, a pesar de toda la evidencia disponible,
insiste en decir que hay una sola forma de hacer las cosas, la nuestra,
y que por “puro mérito” ella beneficia tanto a tan pocos. Como
dice la canción, eso es “teatro, puro teatro… falsedad bien ensayada,
estudiado simulacro… fue tu mejor actuación… (pero) perdona que
ya no te crea, pues (a estas alturas ya es bastante obvio que) lo tuyo es
puro teatro”.9
También hay que dejar atrás la amnesia neo-liberal que prefiere
olvidar que en ese pasado el 1% más rico en EE.UU. ganaba menos
de la mitad de lo que gana ahora como proporción del ingreso,
proporción que incluso caía en el tiempo. De Reagan, Thatcher
y la caída del Muro de Berlín en adelante, en cambio, cuando el
poder del capital de ese tipo (sub-prime) se re-legitima en forma
casi mítica, y los proyectos alternativos se desintegran, surge este
nuevo modelo: un paraíso para los especuladores, rentistas, traders y
depredadores, gracias al cual esa proporción se pegó un salto mortal
hasta el momento de estallar la crisis financiera del 2007/8 − y ya
está casi de vueltas a esas alturas siderales.10
No sólo este numerito fue un traje hecho a la medida, sino que
terminó siendo un componente central de dicha crisis.11
Ahora lo que se lleva el 1% no sólo ya está casi de vuelta a esa
tomadura de pelo, sino que también lo hace con una fragilidad
financiera internacional peor que la anterior, y con gobiernos y
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¿QUÉ HACER CON NUESTRO MODELO NEO-LIBERAL, CON TAN POCA ENTROPÍA?
bancos centrales que ya se gastaron no sólo toda su pólvora, sino
también su imaginación.
Probablemente gracias a su sabiduría milenaria (y errores del
pasado) mucho de Asia se salvó de ese fundamentalismo, pues
mientras todo occidente (norte y sur, en especial el mundo angloibérico) se tragaba la píldora de que esa ficción era la obra de
Dumbledore, ellos sabían instintivamente que si venía de donde
venía, sólo podía ser una construcción de Voldemort.
Básicamente, si hoy EE.UU. tuviese el mismo PIB, pero la
distribución del ingreso fuese la misma que tenía cuando ganó
Reagan (fruto del “momento Trump” de su época, cuando las fuerzas
progresistas de entonces eran igualmente incapaz de ofrecer una
alternativa viable y creíble para los descontentos de entonces), el 1%
más rico ganaría hoy día harto menos: más de 2 billones (millones
de millones) de dólares menos de lo que gana ahora. Esa cantidad es
equivalente a casi 10 PIB chilenos (dependiendo del tipo de cambio
que se use). Y el resto de la población ganaría esa cantidad por sobre
lo poco que le queda (y podría tener menos problemas para pagar
por su vivienda, salud, educción, pensión, etc.).
En otras palabras, el 1% más rico en los EE.UU. capturó más
de dos tercios del crecimiento total de los ingresos reales por familia
durante los últimos 20 años.12 Por su parte, el decil más alto llegó
a llevarse más de la mitad del total de los ingresos del país, un nivel
mayor al de cualquier otro año desde 1917, superando incluso a
1928, año tope de la burbuja del mercado de valores de los “roaring
1920”.13
¿Alguien (sin demasiados conflictos de interés) puede realmente
creer que eso no es algo artificialmente construido para dicho fin,
a costos crecientes desde el punto de vista de la eficiencia? Así,
hoy tenemos el absurdo de una economía norteamericana casi
estancada, pero con un sector corporativo cuyas utilidades
están en record histórico y también con un nivel de deuda en
record histórico. Lo mismo ocurre con la inversión privada,
pero en el otro sentido (casi un record por lo bajo). Hay que
dar reconocimiento donde ellos se merecen: la imaginación
neo-liberal para crear artificialmente un medioambiente con esa
esquizofrenia, de que se puede ganar tanto con tan poco esfuerzo −
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y en democracia − es realmente admirable.
Ese ha sido siempre el drama del capitalismo: su gran motor para
desarrollar las fuerzas productivas viene sólo de la competencia, pero
en mercados competitivos se trabaja mucho y se gana poco. En los
mercados oligopólicos, desregulados y depredadores, en cambio, se
puede ganar mucho trabajando poco − pero a gran costo en términos
de eficiencia, equidad y medioambiente.
Esa tensión (muy bien predicha por Adam Smith) ha sido central
en los 300 años de historia capitalista. Los Chicago (me refiero a los
de verdad, no a los sacristanes criollos) tenían eso muy claro, y siempre
estaban al lado de los mercados oligopólicos con el argumento de
que mercados que requieren grandes niveles de inversión tienen
que dar mínimas garantías de retorno al capital; y si hay demasiada
competencia, eso no sucede. Sin embargo, no sólo al argumentar
esto minimizaban el enorme costo de la concentración económica,
sino también se olvidaban del problema de los incentivos: una vez
que los mercados están tan concentrados y desregulados, ¿quién o
qué los va a obligar a invertir?
4.- La arrogancia del poder absoluto, y la resignación
de los renovados.
El error garrafal de esta forma de acumulación y dominación fue
su ilusión (bordeando en lo psicótico) de que este modelo era
sustentable en el tiempo. Después de todo creían que habían
logrado construir algo tan maravilloso que era nada menos que el
fin de la historia.
Nuestra elite capitalista cometió el mismo error elemental;
incluso logró acumular aún más, pero se hizo incapaz de adaptarse
al cambio. En su voracidad se hizo incapaz de transformarse en el
tiempo, algo esencial para hacer eso más sustentable. Va a quedar
grabado en la historia política de Chile que uno de los errores
históricos más garrafales de la oligarquía nacional fue rechazar
la oferta de este gobierno: hagamos reformas mínimas para que
todo pueda seguir casi igual (pero sin algunas de sus peores
aristas). La miopía de la codicia y la arrogancia oligárquica pudo
más. Si este gobierno hasta les ofreció aprobar el vergonzoso
Tratado del Transpacífico (TPP), cuyo objetivo real era generar
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el mejor hedge posible contra el cambio, y el ceder soberanía
político-económica de gratis a cortes Mickey Mouse, a niveles
que hubiesen sido impensables en toda nuestra historia política
nacional − al menos desde que Aníbal Pinto autorizó a Diego
Barros Arana a ceder tanto cuanto fuese necesario de la Patagonia
con tal que Argentina no apoyase a Perú y Bolivia en la Guerra
del Pacífico.14 Dudo que esta oportunidad abierta por el gobierno
actual se repita, pues a la collera ya se les arrancó el novillo.
Lo que es difícil de comprender no es por qué este ciclo políticoeconómico comienza a desintegrarse, sino cómo duró tanto tiempo.
Sin tener el espacio necesario para analizar esto como se merece, creo
que Freud nos da una buena pista (cosa que pasa a menudo). En un
artículo escrito en medio de la Primera Guerra Mundial describe lo
que considera ser las tres características básicas de los seres humanos
cuando actúan ya sea como individuos o como grupo, en cuanto
a su capacidad para comprender y actuar sobre el mundo real: a)
su ambivalencia con la realidad relacionada con un miedo a lo
desconocido, un temor al retorno a un caos primitivo donde puede
existir una fuerza desconocida que destruya la comprensión y elimine
el significado; la sensación es que puede existir un peligro real de que
lo que por el momento es incomprendido terminará convirtiéndose
para siempre en incomprensible. b) Su predilección por las ilusiones
(y los cuentos de tanto cuanta-cuentos). Y c) su agresión innata. En
lo ideológico, la genialidad de la “nueva izquierda” fue jugar con lo
primero para contener el cambio, y con lo segundo para justificar su
inacción (la “Tercera Vía” fue parte del cuento).
Desde este punto de vista, los renovados cumplieron con su rol
de contención; el que falló fue su collera y por eso se les arrancó el
novillo. Si la oligarquía tan solo hubiese entendido a Darwin: “El
que sobresale no es el más fuerte, ni siquiera el más inteligente, sino el
que mejor se adapta al cambio”.
Pero claro, adaptarse al cambio en un modelo como el chileno
era difícil. ¿De cuántas maneras se puede crear un medioambiente
tan peculiar? Con mercados financieros todopoderosos, mercados
laborales tan “flexibles”; falta de competencia a niveles antes
impensables; sistemas de pensiones tan lucrativos para tantos, excepto
para los pensionados; seguros privados de salud tan insalubres; un
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capital extranjero que pudo remitir al exterior utilidades equivalente
a prácticamente un PIB entero entre 2002 y 2014 (y en su mayor
parte por incomodarse en hacer cobre concentrado); estados
tan eunucos que entre otras cosas podían seguir facilitando la
apropiación privada indebida de la renta de los recursos naturales
(minería, agua, pesca y más; el verdadero robo del siglo, pues legal
o no, eso es lo que es). Un Estado tan esterilizado que no es capaz
siquiera de obligar a los que se han adjudicado las concesiones de
caminos a armonizar sus cobros vía un tag nacional. Algo para el
Guiness Book of Records, sección costos sociales inútiles (tiempo
inútilmente perdido en peajes).
5.- El problema de modelos con baja entropía: como
todo orden siempre tiende al desorden, las formas de
dominación deben sofisticarse constantemente. ¿Es
posible hacer eso en este modelo?
Desde esta perspectiva la pregunta es obvia: ¿de cuántas formas se
puede adaptar algo así para que el 1% pueda seguir llevándose un
tercio del ingreso año a año? Como diría un estadístico: ¿cuántos
grados de libertad puede haber en un modelo así dado su rigidez
intrínseca? O como diría un físico: ¿de cuántas formas se puede
construir una estructura tan específica, con tan poca entropía? ¿De
cuántas formas se puede crear algo tan bondadoso para algunos, al
margen de su ineficiencia intrínseca, y en democracia? ¿De cuántas
formas se puede construir algo así para limitar el acceso de otros
a las rentas, construyendo tan efectivamente lo que Douglass
Nor llamaba un “Limited Access Order”?15 ¿De cuántas formas se
puede re-arreglar los componentes de un modelo así sin cambiar su
estructura (sin desordenarlo)?
Si hay algo que es transparente en el Chile de hoy es que este
tipo de dominación y acumulación se desintegra (y no sólo aquí).
Pero ni la derecha ni la “nueva izquierda” han aportado una sola
idea original − que sea creíble y viable − que ayude a hacer esto
sustentable, algo no tan extraño en el caso de los últimos, pues
cuando dos polos opuestos piensan lo mismo, en realidad sólo uno
es el que está pensando. Por un lado, la “nueva izquierda” representa
cada día menos a los descontentos, lo que es un componente esencial
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del tipo de dominación tan efectiva que nos trajo hasta aquí. Como
ya he mencionado en otras columnas, citando a Adorno, Chile es
laboratorio de eso de que la forma más efectiva de dominación es
aquella que delega a los representantes de los dominados la violencia
en la que descansa. Por otro, cada día es más obvio que la derecha
no puede dominar efectivamente sin la ayuda de los renovados: ¿qué
van a hacer las AFP para continuar con la tomadura de pelo actual
cuando los servicios de esos generosos ministros y ex-ministros de la
Concertación/Nueva Mayoría ya nos les sirvan?
En esa perspectiva, se entiende muy bien por qué para un
número creciente de empresarios la alternativa Lagos (al margen de
las mejores intenciones que pueda tener el candidato) aparece como
la mejor (¿única?) forma de reconstruir el sistema de dominación
y acumulación actual. Una alternativa que quizás podría volver a
reagrupar a los agobiados, y a la cual los dueños del capital le podrían
volver a delegar, y con tranquilidad, el manejo de las instituciones
necesarias para implementar dicha dominación pues pueden confiar
que ellos jamás se van a olvidar quienes son (sub-contratados), y de
cual es su rol en el sistema.
Sin embargo, creo que esa ya es misión imposible. Desde mi
perspectiva, de ganar Lagos la próxima elección, a pesar de sus
formidables habilidades políticas, quizás no va a poder hacer más
que dilatar una compleja pero imparable desarticulación de un
sistema de dominación y acumulación que hace rato ya topó
fondo − aquél que creaba consensos en torno a una ideología que
se puede resumir en el lema: “Teme al 1%, honra al mercado”
(bueno, lo que en Chile llamamos eufemísticamente “mercado”).
Creo que para lo que queda del orden actual el problema de
fondo no es que haya quedado en evidencia que el rey no tenía
ropa; el problema es que quedó en evidencia que el prócer de los
renovados se viste con ropa ajena.
Por tanto, también sería realmente interesante conocer en forma
más específica cómo nuestra elite capitalista visualiza un futuro que
sea para ellos sustentable, pues este sistema de dominación hace
aguas ya que cada día se hace más difícil mediatizarlo. No es muy
difícil darse cuenta que los que están descontentos ya no quieren
ser representados por sub-contratados; y es complicado que el gran
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capital, de querer continuar con su tajada del león, pueda dominar
directamente en democracia. ¿Tendrán alguna idea de cómo salir del
entuerto desde el punto de vista empresarial, fuera de continuar con
la creciente fuga de capitales, aquello que se prefiere llamar inversión
chilena en el extranjero?
Peor aún, ¿alguna idea, fuera de continuar endeudándose en
el extranjero en dólares para luego sacarlos de Chile al resto de la
región, en especial a países donde este sistema de dominación
y acumulación tan primitivo parece tener todavía para rato?
Como ellos sabe mejor que nadie, la deuda corporativa chilena
en dólares ha sido la tercera que ha crecido más en el mundo
emergente desde 2007 (después de China y Turquía) − alrededor
del 20% del PIB.16 Pero la inversión privada chilena está por el
suelo. ¿Será que la solución para los problemas actuales de nuestro
país, como parecen creer los del 1%, es que los pasivos se queden
aquí, pero los activos emerjan en otra parte donde supuestamente
hay más “garantías”? Ellos lo llaman “internacionalización” de
sus grupos, porque Chile le quedó chico.17 Para ellos (poco
agradecidos) Chile ya no es un país tratando de transformarse en
nación; parece que es sólo un mercado que les quedó chico para
seguir haciendo las mismas cosas que han hecho siempre.
En un mundo globalizado, de existir un Estado con un mínimo
de respeto de sí mismo, Chile podría ser una base ideal para un
programa “asiático” de diversificación productiva, en especial basada
en la industrialización del sector primario-exportador. Pero eso les
exigiría harto más a los grupos económicos, y los premiaría con
bastante menos. Pero entonces seríamos, y no sólo en el futbol,
campeones de América.
José Ortega y Gasset nos decía que el principal problema de
América Latina era que había demasiados individuos satisfechos
consigo mismo y con demasiado narcisismo, pues les gustaba mirar
la realidad como espejo de auto contemplación. Toda la razón:
basta mirar nuestro 1% y tanto político de la ex-Concertación. Para
él ese era un gran obstáculo, pues faltaba descontento, motor del
progreso. Yo generalizaría eso, pues no solo el descontento puede
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crear dinámicas transformadoras muy interesantes, sino también
otros aspectos de aquello que es parte de esa tendencia natural (tanto
en el mundo físico, como en el social) del orden en transformarse
constantemente en desorden − y de subir su entropía. El descontento
es un componente fundamental de eso en lo social, pero no lo único.
Y es esa tendencia al desorden lo que genera los nuevos desafíos
que requieren de una continua sofisticación de nuestras formas de
dominación y acumulación.
De ser así, nuestro problema no puede ser más obvio: nuestra
Latinoamérica neo-liberal − ¡y ciertamente la otra! − reprueba ese
examen. Asia, en cambio, con sus errores, saca buena nota en
todo esto. Y nuestra “nueva izquierda”, por los fantasmas de su
pasado (todavía persecutorios), por su tendencia intrínsecamente
conservadora, por una no despreciable cuota de conflictos
de interés (anzuelos que les tiró la oligarquía) − y por tanto
consejero con poca “Imaginación (consultores)”, en especial para
el cambio − trata (y por un tiempo con mucho éxito) mas bien de
contener ese nuevo desorden que de encausarlo hacia formas más
sofisticadas de desarrollo. Creo que hay muchas similitudes en la
falta de imaginación productiva de nuestros grandes empresarios
(grandes en tamaño), y la falta de imaginación social de los
renovados. Quizás por eso fueron, y por tanto tiempo, tan buena
collera. ¡Pero ahora se le despabiló el novillo!
Notas de Página 1
http://ciperchile.cl/2016/09/26/un-par-de-preguntas-aandronico-luksic-el-hombre-publico/ 2 http://www.wid.world/#Database:
3http://databank.worldbank.org/data/reports.
aspx?source=world-development-indicators.
4
http://www.bloomberg.com/news/articles/2013-09-05/riskahoy-maersk-daewoo-build-the-worlds-biggest-boat.
5http://www.econ.cam.ac.uk/research/repec/cam/pdf/
cwpe1627.pdf.
28 Perfiles Económicos Nº2, Diciembre 2016, pp. 11-28, ISSN 0719-756X
JOSÉ GABRIEL PALMA
6 http://stats.oecd.org/index.aspx?queryid=66670#.
7 http://ssrn.com/abstract=2479685.
8http://www.econ.cam.ac.uk/research/repec/cam/pdf/
cwpe1539.pdf.
9 https://www.youtube.com/watch?v=Riucws3AwDk.
10 http://www.wid.world/.
11http://www.econ.cam.ac.uk/research/repec/cam/pdf/
cwpe0927.pdf. 12http://elsa.berkeley.edu/users/saez/saez-UStopincomes-2012.
pdf.
13http://www.econ.cam.ac.uk/research/repec/cam/pdf/
cwpe1627.pdf.
14http://ciperchile.cl/2015/11/03/el-tpp-o-como-cedersoberania-por-secretaria/; y http://ciperchile.cl/2016/06/09/tppqepd/.
15 https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=
web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjwkIPYpZ3PAhUEI
JAKHcP1AYkQFggeMAA&url=https%3A%2F%2Fweb.stanford.
edu%2Fgroup%2Fmcnollgast%2Fcgi-bin%2Fwordpress%2Fwpcontent%2Fuploads%2F2013%2F10%2FLimited_Access_
Orders_in_DW_-II_-2011.0125.submission-version.pdf&usg=AF
QjCNFvrw2eLZzIIirpcYeRAT_XK0Ijmw.
16http://www.econ.cam.ac.uk/research/repec/cam/pdf/
cwpe1539.pdf.
17http://www.latercera.com/noticia/negocios/2016/09/655-
695208-9-luksic-el-tamano-que-tenemos-ya-es-importante-paraeste-pais.shtml.
Fecha de Recepción del Artículo: 20 de julio de 2016
Fecha de Aceptación: 14 de noviembre de 2016

Definición de Neoliberalismo de José Gabriel Palma

"Por eso, uno de mis intentos por descifrar lo que es el neoliberalismo analiza su especificidad desde este punto de vista: es una ideología y una praxis político-económica e institucional que intenta crear, en forma totalmente artificial, un medioambiente a la medida de las habilidades y singularidades de un tipo específico de gran capital. Un medioambiente que le dé todas las ventajas para sobresalir al capital rentista, al financiero-especulador, a los trader, los depredadores, y todo aquél que se esconde de la competencia internacional operando en el sector de no-transables de bajo desafío tecnológico. "

lunes, 25 de febrero de 2019

Momento


Llegó el momento de volcar, la necesidad última de mi ser, de mi alma, volcar y vaciar, todo en la escritura…
Comienzo a sentirme mal físicamente, incluso débil, con un peso en la garganta y otro en el estómago… he abandonado la escritura de adrede, he querido alejarme de lo que siempre me atrapa, mi vicio. No quería esta conexión con las emociones… mi psiquiatra dice que tengo Alexitimia… a propósito de emociones, no las sé identificar ni mucho menos encausar.

Las puertas se me van abriendo de a poco, voy comprendiendo lentamente, como pizcas de azúcar que los dioses van echando en el cuenco de mi vida… de a poquito todo. A veces quisiera todo de inmediato, que caiga la avalancha sobre mí, que me aplaste y me hunda hasta morir en la tierra húmeda, siendo ella mis huesos y mi sangre. Pero no es así. El Buda me entrega una enseñanza y se retira…soy una mujer violenta ¿cómo puedo seguirte señor?

Cierro los ojos tantas veces, y prefiero hacer como que no me has tocado, como que no me has hablado nunca, como que nunca has adornado un nido como un sutil pajarillo, para acunar tu esencia con la mía, a pesar de ser la mía tan oscura, tan vaga, tan infiel e incomprometida. Siendo tu esencia sagrada, tan íntima, tan sabia, señor Buda.
Ahora he recibido una corona de tus manos, pero ¿por qué quiero llorar? Pienso en lo que has hecho por mí y asoman lágrimas ¿qué es esto? ¿por qué no puedo escuchar un mantra sin llorar?

Recuerdo mis primeros pasos en filosofía, antes siquiera de pensar en pensar… la ataraxia del sabio, ahora después de 20 años lo comprendo, ahora veo la visión del ego, la flor de loto, la meditación y la trascendencia; la ataraxia. Y solo debo dejarme llevar. Solo no hacer para hacer.
Ahora al fin comprendo en realidad al poeta:

Quedeme y olvideme
El rostro recliné sobre el amado
Cesó todo y dejeme
Dejando mi cuidado, entre las azucenas olvidado.

Tantas imágenes en mi mente, eres dueño de mí. Y no quiero que sea de otra forma. No quiero que estas lágrimas se vayan nunca de mis ojos, que dejen caminos que deban ser recorridos para siempre en mis mejillas. Porque son de amor, son hijas de una mano mística que ha acariciado alguna vez mi pecho, herido, abierto y palpitante de deseo, el que debe morir en esa misma mano.
Caigan sobre mí pétalos de loto y me inunden de silencio y de quietud. Que la ataraxia me eleve por sobre el ego, y siga recibiendo de tu miel en mi boca como el infante de los pechos de su madre el alimento que nutre y da vida.