sábado, 8 de junio de 2013

Soledad

¡oh soledad bendita!
eres el bálsamo amargo
que inunda mi alma
en tu silencio mi ser
se recoge y contempla
extasiado la dulzura de tu secreto...
mezclas el dolor y la dicha
y en la copa de la angustia
das a beber a tu prisionera
el dulce anestésico del alma
y en un clímax ermitaño
confundes al alma que posees
embriagada
alienada
colmada de ti...
el tacto se vuelve otoño
vuelan las caricias como hojas al viento
inexistentes
y los besos cual pétalos de rosas
caen de los labios abotonadamente rojos
de mi boca sin ser entregados...
caen a la tierra
se vuelven escencia intrínseca
y por el aire y el agua retornan a mi
a través tuyo...
oh soledad bendita
extraño estado del alma y cuerpo
quien te rehuye la felicidad anhela
quien te busca es presa de la locura
y quien en ti se extasía ha salido de este mundo
tu secreto anhelas rebelarme
y mis fuerzas para resistirte he perdido
heme aquí cual prisionera débil
me haz quitado el amor mi alimento
y la fatiga de mi ser me hace escucharte
y sin querer en ti extasiarme
y en la locura hasta desearte...
me infringes heridas deliciosas
que con tu bálsamo vas suavemente delineando
y me muestras a mis introvivientes
estoy presa de ti y sin cadenas
mientras contemplo a la princesa oscura
desesperada en sus cadenas...
un ave que construye un nido
una loba alfa sin una manada
nada en ti tiene sentido... y sin embargo
cómo adoro tu bálsamo dulce en mi herida
y esta copa de la angustia donde bebo
la dicha y amargura por ti mezcladas
¡cómo la deseo! dulce analgésico del alma...
¡oh soledad bendita!... ¡oh soledad y calma!

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