lunes, 30 de junio de 2014

Nostalgia


“La llevaré al desierto y allí le hablaré al corazón”

La aridez por tantos años ha sido mi refugio, es donde me has llevado, luz suave, me apartaste y me llevaste.

“En soledad vivía y en soledad ha puesto ya su nido
Y en soledad la guía, a solas su querido
También en soledad de amor herido”

Me volví aridez de tanto vivir en ella, el polvo de las tormentas del desierto me cubrió y allí quedé, como estatua de arena, contemplándote solitaria y no me importó mi apariencia, solo mi amor y tu amor.
Desapareciste y huiste, no sé dónde y no sé cuándo, y si volverás no lo sé, a veces siento la tibieza apenas de uno de tus rayos, y tu presencia me envuelve delicadamente y siento que estás y que vives. Otras veces quise ser una flor y sacudir las arenas fijas en mí, pero ya me es imposible. La suavidad de mis pétalos es solo un recuerdo lejano de juventud. Ahora yazgo agreste en la soledad, impávida y desolada.
A veces creo reconocer entre los susurros del viento tu voz, a veces creo que me miras desde lejos, y quisiera que fueras la brisa que me despeja el cuerpo y lo vuelve pétalos y tallos, que tu agua llegara desde alguna mística vertiente a humedecer, a suavizar, a deleitar mi alma. ¿Dónde estás, dónde te has ido luz suave? Rescátame del desierto, llévame nuevamente a tus jardines.

“Levántate amada mía hermosa mía y vente
Porque mira, ha pasado ya el invierno
Han cesado las lluvias y se han ido
Aparecen las flores en nuestra tierra
El tiempo de las canciones es llegado
Hecha la higuera sus yemas y las viñas en cierne exhalan su fragancia.

Levántate amada mía, hermosa mía y vente.”

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