martes, 8 de enero de 2013

En búsqueda de zapatillas runners veganas





Realmente ha sido un vía crucis la búsqueda de zapatillas deportivas para correr veganas.
Principalmente porque el 99% de las buenas zapatillas están hechas de cuero, no digo que el cuero sea indispensable para una buena zapatilla, pero al parecer en la psique de la gente está, en cuanto a calzado, que el cuero es fundamental para la calidad.
A lo que te enfrentas como vegano primeramente es a la creencia ciega del vendedor de calzado en la tienda de que buscas cuero por sobre todas las cosas, que si un calzado tiene cuero lo amarás y pagarás por él lo que te cobren.
Cual sería la sorpresa, el pasmo de un vendedor o vendedora cuando le dices que “no” quieres cuero, que quieres que la zapatilla sea totalmente sintética, que no tenga nada de origen animal.
Difícil saber lo que pasa por su mente.
Es como chocar con una barrera de concreto, porque primeramente todo va bien, llegas, él está ahí para atenderte, como piezas de un rompecabezas todo calza, ansías comprar porque lo necesitas, él ansía vender porque es su trabajo…
Finalmente lo que hay dentro de mí es cansancio, un agotamiento de estrellarme contra paredes de concreto una y otra y otra vez.
Un cuento de nunca acabar.
Por una parte quisiera haber nacido en el futuro, cuando el veganismo sea lo normal en la sociedad, pero por otra soy afortunada de haber nacido ahora para ayudar a construirlo.
Esa gente valiente que va por ahí llevando en su corazón ese amor y esa moral altruista hacia los despreciados y marginados de la sociedad, que no son los pobres ni los niños de Africa, sino los animales, de quien muy pocos se preocupan de su bienestar y sufrimientos.
Por ellos todo vale la pena, todas las veces que tenga que estrellarme, para que ellos dejen algún día de morir banalmente para el ser humano.

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