martes, 16 de diciembre de 2014

olvidarse

todo puede olvidarse, todo, absolutamente.
basta invitar una preocupación a entrar por la puerta del hogar de la psique, basta que atraviese el umbral y se siente... el halo de su oscuridad o de su inmenso resplandor cegará, hasta que se vaya, hasta que desaparezca, se podrá quizás recordar nuevamente.
me estremezco, no quiero recordar, quiero olvidar, quiero que las nubes negras se disipen, yo solo quiero certeza, el destino es un niño que juega con la lámpara de mi vida, no veo lo que hay más allá y necesito, la incertidumbre me quebranta... y recuerdo, cada vez que la incertidumbre me visita cuando la preocupación se ha ido yo recuerdo...

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