sábado, 24 de enero de 2015

mirando la montaña

Al mes de haber egresado me encuentro trabajando en lo que estudié, es genial. Aunque el periodo de capacitación no termina aun, ya me siento parte del buque en el navego que espero no naufrague bajo mi dirección.
El fénix vuela y las nubes se han disipado. El mediodía se ve prometedor.
Las oscuridades son pasajeras, ensombrecen el alma un tiempo y luego se van, todo es un ciclo que da vueltas como la rotación de los cuerpos celestes; "como es arriba es abajo"
Emprendo un camino que quizás algún día retroceda. Quizás piense que he perdido el tiempo, pero equivocarse no es perder el tiempo, es pavimentar el sendero de lo correcto con los ladrillos de los errores que quedan sepultados en el suelo, como tumbas vivientes.
Lo que importa es crecer. Ir y venir es relativo, aunque los que van por donde deben ir son afortunados, los que no tienen que retroceder y que eligen siempre la senda correcta...
Pero el derecho a errar es muy humano, errar en todo para luego acertar... el día transcurre y los cuerpos celestes giran a su paso, nada se apresura, todo va como debe ir; es lo maravilloso de vivir.



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