jueves, 4 de noviembre de 2010

heliofisico-cultura

¿De qué forma pueden variar en el estado de los seres vivos las oscilaciones del campo magnético, las radiaciones cósmicas y los cambios de la actividad solar? El profesor Piccardi del Instituto Fisicoquímico de la Universidad de Florencia llevó a cabo excelentes investigaciones. Este científico mostró que la actividad solar influye sobre el estado fisicoquímico de las soluciones coloidales inorgánicas de forma sincrónica en distintos puntos del globo terráqueo. Al aumentar la actividad solar se acelera la precipitación de las soluciones coloidales de sales de bismuto.

Los líquidos biológicos en el organismo del Hombre son esas mismas soluciones coloidales, pero más complejas. Sobre el hecho de cuán sensiblemente reacciona la sangre a los cambios en la actividad solar lo demuestra la reacción de precipitaciones de las proteínas de la sangre descubierta por el profesor Maki Takata, de la Universidad de Tokio, y que este científico denominó “reacción F”. El aumento de la actividad solar provoca una intensificación de la reacción F. Pero si la sangre, el plasma y la linfa son sensibles a los fenómenos heliofísicos, entonces es sensible a ellos también el organismo en conjunto.


Durante largo tiempo los científicos no reconocían la posibilidad de la influencia de los cambios de la actividad solar sobre los habitantes del planeta porque la importancia energética de esas oscilaciones es extremadamente pequeña. Por medio de las múltiples investigaciones llevadas a cabo durante los últimos años se están estudiando con mucho detalle los mecanismos de las influencias heliofísicas y cósmicas sobre los seres vivos. Un enfoque nuevo en principio, formulado por el científico ruso A.S. Pressman, consiste en que, junto con las influencias energéticas, tienen una influencia esencial en los sistemas biológicos las informativas. Es posible que sea una señal, que portan la información para el sistema vivo, las oscilaciones del campo electromagnético de la Tierra (provocadas, en particular, por los cambios de la actividad solar). En el organismo hay sistemas internos de regulaciones electromagnéticas que permiten asimilar esa información y responder de forma adecuada al cambio en el medio exterior. Esto tiene una estrecha relación con la existencia de oscilaciones y más exactamente con el carácter oscilatorio de los procesos de la actividad vital de los organismos. Existe un sistema jerárquico de oscilaciones a diferentes niveles del organismo. Dicho sistema puede representarse del modo siguiente: las macromoléculas de proteína, ácidos nucleicos – llevan a cabo las oscilaciones relacionadas con el cambio de su forma y su volumen efectivo de manera sincrónica, lo cual origina la formación de conjuntos oscilantes de macromoléculas, y por tanto determinadas oscilaciones en los órganos, sistemas y en el organismo completo. Esto permite comprender como se refleja en todo lo vivo sobre la Tierra el “pulso” del Sol.

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