jueves, 19 de noviembre de 2015

Asperwoman 2.0

8 de noviembre... desde esa fecha hasta ahora he digerido la información del Asperger. 11 días me tomó ser valiente y enfrentar el test que está en la web espectroautista.info, y se confirma el diagnóstico con creces... superando los niveles bajos, o sea, es Asperger de alto nivel.
Ayer tomé "Tus zonas erróneas" un libro magnífico que me encanta leer, que te dice que tú tienes el poder de cambiar tu vida, tus costumbres, tus malas costumbres... sin embargo, lo dejé. No fui capaz de leer más de una página, vi que era un error, que ese libro no es para mi, que el Asperger no es cambiable por determinación, que es una condición y que se debe aprender a vivir así.
Es una pena, una gran pena.
Ahora tengo más claridad, esta verdad ha traído luz a mi vida y conciencia a todos mis actos y vivencias. Veo claramente el motivo del acercamiento de las personas. Siempre por algún interés.
Los Aspie somos rechazados por naturaleza, y ahora me doy cuenta. Desde la infancia, desde los primeros contactos con los demás siempre ha existido ese rechazo. Cada vez que voy a algún lugar donde se atiende público y la gente es particularmente grosera conmigo y amable con los demás, siempre me había preguntado por ese fenómeno, y ahora tengo la respuesta.
Y la respuesta me apena y me alegra al mismo tiempo, ya que "yo no tengo la culpa". Me alegra no tener la culpa ya que en la comodidad de mi vida no tengo nada que cambiar, aunque luche y me desgaste como algunas veces lo he hecho, no conseguiré nada, seguiré ejerciendo esta repelencia a la gente.
Me apena por el hecho de que quisiera encajar en la sociedad, como cualquier persona normal. No quisiera destacar, simplemente quisiera ser una más del montón, una oveja blanca que pase desapercibida, que nadie mire ni analice, que no enfurezca a nadie ni cause el odio de los otros...
Solamente ser una gota más de agua en el inmenso océano, pero no. No es así, soy un ente separado que no comulga con las otredades humanas. Ellos siempre me mirarán como a alguien distinto, en la adolescencia y juventud me agradaba, pero ahora que ya soy adulta solo quisiera ser una más, no llamar para nada la atención, lo encuentro desgastante.
En fin, es lo que me tocó. Llorando no voy a cambiar las cosas, solo debo asumir y tomar la parte feliz que me toca: no tengo que cambiar, no tengo que hacer nada para agradar, simplemente debo ser yo, la que no mira a los ojos, la que no siente empatía, la que goza estando en soledad. La escritora vegana soñadora, que no encaja en ningún sitio, que no tiene un grupo de gente que comparta sus intereses.
Ya soy feliz en soledad, poseo esa conformidad como una herencia maldita, y la debo aprovechar. Debo ser feliz.
Luego de mis múltiples lágrimas ayer decreté: ¡Debo ser feliz!
Debo hacer una lista de cosas que me hagan feliz y hacerlas, hacerlas hasta el cansancio.
Una nueva era comienza en mi vida, una nueva determinación. Un nuevo prisma con el que contemplar todo.
Además, no todo está perdido, hay gente que por esas cosas de la suerte es capaz de entablar amistades con Aspies, gente que puede que también lo sea, o simplemente tienen esa alma blanca, suave, y refrescante, donde en medio de la aridez diaria se puede encontrar un vergel :)


No hay comentarios: